
Burka, esa prenda que le procura a la mujer afgana un aislamiento que no desea.
Hay otras burkas: un ropaje “interno”-invisible-etéreo que no impide la visión y permite otra mirada sobre el entorno ¿Enfermiza? ¿Patológica? Aislarse de lo que se percibe como agresivo
Las otras personas necesitan rodearse de gente animosa, que transmita buenas ondas, energía, a la vez que serenidad
Comprensible – los “raros”, los incomprensibles desde la mirada “normal” generan cierto rechazo amable, cuidadoso. No es necesario: los depresivos tienden a aislarse-se debaten entre la necesidad de estar insertos en el entorno con sus códigos y la imposibilidad emocional de hacerlo
Nadie adolece por elección. No son ciegos, ni lelos. –perciben las reacciones, el entramado que los rodea, lo comprenden pero…no tienen fortaleza para “tomarlo como viene”-
No hay regodeo en la dolencia-profundo sufrimiento que obnubila. Entonces… las burkas internas cooperan para protegerlos de lo que les resulta agresivo, sabiendo que tal no es intencional. Es una situación que se da a partir de relaciones emocionales patológicas, situaciones demandantes extremas. No hay un dolor mayor que otro, sólo diferentes posibilidades de gastarlo hasta desbrozarlo y que deje nada más la huella positiva.
No siempre se logra avanzar en la recuperación. Entonces la vida es sólo una larga agonía sólo llevadera dentro de la burka que opera como blindaje contra la opresión de la incomprensión externa
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