domingo, 8 de septiembre de 2013

INERTE

Dirán que habrá ocurrido hace mucho tiempo.
El ulular de las sirenas advertirán a los vecinos; los paramédicos sabrán con qué cuadro se encontrarán y repasarán mentalmente las acciones a seguir pues no será la primera vez que traspasen esa puerta.
El hijo revivirá la situación por cuarta o quinta vez: Andrés estará tendido en su lecho con sus ojos muy abiertos; no pestañeará; su mirada se perderá en un mundo inescrutable; no habrá sonidos emergiendo de su garganta. La incertidumbre y la incógnita volverán a teñir las horas de labor del equipo médico.
Llegará el instante en que en los ojos del paciente se volcarán hacia su interior  y dejarán ver sólo la esclerótica.
Dirán que esa muerte habrá ocurrido mucho tiempo atrás: en el momento exacto en que en que Carolina hubiere decidido convertirse en la libélula que trazará arabescos sobre la futura  sepultura de Andrés.